El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump está rayando en el autoritarismo y la derecha extrema al declarar como ‘criminales’ a los inmigrantes que han ingresado de manera ilegal al vecino país del norte.
La Casa Blanca, a través de la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt advirtió en un duro mensaje que «si usted es un extranjero que ingresa ilegalmente a EU, usted es, por definición, un criminal y, por lo tanto, está sujeto a la deportación».
A la declaración de la portavoz de la Casa Blanca se suma la que hizo Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, quien dirigió personalmente la redada contra migrantes en Nueva York al afirmar que, “seguiremos eliminando a esta basura de nuestras calles”.
Es la denigración total a la persona en su máxima expresión de un poder represor con ocurre en países dictatoriales, absolutos, arbitrarios.
El de Trump es un gobierno que está promoviendo la política de «tolerancia cero» contra los inmigrantes a quienes ahora trata de ‘criminales’ para expulsarlos de su país, como ocurre en Australia, Italia, Hungría y Polonia.
De entrada, EU viola varios tratados internacionales que protegen los derechos de los migrantes y refugiados.
Por ejemplo, la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y de sus Familiares establecidos por la ONU.
Asimismo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos de la OEA que establece los derechos humanos y libertades fundamentales, incluyendo la protección contra la discriminación y la violencia.
Además, la Declaración Universal de Derechos Humanos aplicables a todas las personas, incluyendo los migrantes.
Considerar a todos los inmigrantes como criminales es injusto y estigmatizante. La mayoría son personas en busca de mejores oportunidades, para escapar de la pobreza, la violencia o la persecución, o para reunirse con familiares.
Ante esta nueva amenaza sigue faltando una postura firme e inquebrantable del gobierno de Claudia Sheinbaum en defensa de todos los mexicanos radicados en EU, -ahora llamados ‘criminales’- que serán parte de las deportaciones masivas emprendida por el inquilino de la Casa Blanca.
