Japón comenzó este jueves a verter al océano Pacífico, agua residual acumulada proveniente de la central nuclear de Fukushima, en donde ocurrió el segundo peor desastre nuclear de la historia de la humanidad, solo por detrás del accidente ocurrido en Chernóbil.
Cabe mencionar que pese a que dicha acción está siendo defendida por Tokio y por la agencia reguladora de la ONU, es duramente criticado por sus propios ciudadanos, organizaciones ecologistas y rivales geopolíticos regionales, ya que las aguas siguen siendo muy peligrosas tras doce años después.
El Ministerio de Medioambiente chino también criticó el vertido como «extremadamente egoista e irresponsable» y anunció que iba a «monitorizar y estudiar» el impacto en sus aguas.
En el recinto estuvieron presentes inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU, quienes dieron el visto bueno al plan, mientras supervisaban el proceso; más tarde operadores de TEPCO tomarán muestras del agua y los peces en la zona del vertido.
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