El ataque o derrame cerebral es una de las principales causas de muerte en el mundo y la principal causa de discapacidad en adultos e identificarlo en los primeros minutos puede salvar vidas.
Se trata de un accidente cerebrovascular (ACV) que ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre en las arterias que nutren el cerebro, o cuando ocurre un sangrado en el cerebro mismo o en las membranas que lo rodean.
Los tipos de ataque o derrame cerebral
Hay dos tipos de ataque o derrame cerebral: isquémico y hemorrágico.
Isquémico: es el tipo de derrame o ataque más común. Ocurre por la formación gradual de placas de aterosclerosis o depósitos grasos en el interior de las arterias que nutren el cerebro o cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria cerebral.
Hemorrágico: son de dos tipos, aquellos en los cuales el sangrado ocurre dentro del cerebro (hemorragia intracerebral), y aquellos en los cuales el sangrado ocupa las finas envolturas cerebrales (hemorragia subaracnoidea).
Síntomas de un ataque o derrame cerebral
Los ataques o derrames cerebrales están relacionados con problemas con el movimiento, la visión, el habla, entre otras facultades, debido a que el cerebro controla todo lo que hacemos
Los síntomas repentinos a los que se debe poner atención son:
- Entumecimiento o debilidad en la pierna, el brazo o la cara, especialmente de un lado del cuerpo.
- Confusión o dificultad para comprender.
- Dolor de cabeza intenso sin causa conocida.
¿Qué hacer frente a un derrame cerebral?
La atención médica inmediata puede salvar la vida de la persona afectada por el ataque o derrame cerebral y aumentar las posibilidades de una recuperación exitosa. Es una afectación médica para la que existe tratamiento eficaz, pero sólo si se actúa rápidamente.
Por lo tanto, se recomienda llamar al número de emergencias inmediatamente para que el paciente pueda llegar al hospital lo antes posible.
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