Un día en clase, la profesora pregunta a los alumnos qué quieren ser de mayores, todo transcurre de forma tranquila hasta que Mercedes dice que ella quiere ser bombera. Su compañero Jaime le responde que no puede ser. ¿Por qué?. Porque no hay mujeres bomberas. Entonces empieza un debate en clase, en donde todos exponen sus ideas. Unos están de acuerdo con Jaime, otros no. Hablan de lo que hacen los hombres y lo que hacen las mujeres. Mercedes está convencida que lo será y que intentará conseguir sus sueños por todos los medios.
En el tenor de este cuento de Beatriz Moncó titulado Mercedes quiere ser bombera, en la sociedad actual, aún pueden escucharse en los hogares y las escuelas, debates de esta naturaleza, en los que permean los roles de género, que no hacen otra cosa que incidir en la toma de decisiones de niñas, niños y adolescentes, y lograr en ellos, confusión frente a los ecos de estereotipos que históricamente se han arraigado en la cultura.
Enseñamos y aprendemos a ser hombres y a ser mujeres, a ser iguales y a ser diferentes al tiempo que transmitimos y configuramos nuestras filias y nuestras fobias. La igualdad entre los géneros no es sólo una postura ética y cívica, sino una imperiosa necesidad en nuestras vidas y nuestras sociedades, es una exigencia humana.
Es así que, en 2018, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó una Consulta Infantil y Juvenil en México, en la que se captó la percepción de la realidad cotidiana de niñas, niños y adolescentes en torno a varios temas, entre estos, los relacionados con la igualdad de género, destacando que seis de cada diez niños y niñas opinaron que las niñas son las que pueden jugar con muñecas. Sin embargo, los datos también dieron cuenta de pasos hacia la igualdad, donde cuatro de cada diez niños y tres de cada diez niñas consideraron que el jugar con muñecas es una actividad que pueden realizar ambos.
Tal y como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), y la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW por sus siglas en inglés), para lograr cambios significativos en materia de igualdad de género es necesario aumentar la sensibilización y fomentar un cambio de conducta, así como promover políticas públicas que transformen las dinámicas de poder y las relaciones desiguales de género desde la familia.
La voluntad de una niña convencida, como Mercedes, supera cualquier obstáculo y estereotipo, por ello, a 20 años de haberse publicado su cuento, muy seguramente hoy en día es una adulta que se dedica a lo que quiere, situación que quizás, nos pueda ser confirmada con otra historia de su vida.
POR: Adán Alonso