Desde el pasado mes de mayo, en las playas de Progreso, Yucatán, una estatua de Poseidón, el dios de los mares en la mitología griega, se convirtió en uno más de los atractivos del puerto.
Autoridades indicaron que la llegada de esta escultura de tres metros, que está hecha de fibra de vidrio, formaba parte de las acciones del Ayuntamiento de Progreso, que encabezaba Julián Zacarías Curi, para atraer el turismo.
Sin embargo, su asentamiento en la zona del playón —a unos cinco metros dentro del mar aproximadamente— desde el primer momento generó opiniones dividas, ya que mientras algunos se mostraron asombrados y deseosos de verlo; otros más se dijeron inconformes pues dicha estatua no representa la cultura maya.
Pero la molestia de algunos yucatecos habría escalado al grado de organizarse para ir a destruir la estatua de Poseidón, y “entregarle sus restos a Chaac (Dios maya)”.
No obstante, lo que habría comenzado como una broma en redes sociales, terminó teniendo consecuencias “alarmantes”, pues el creador de la convocatoria para destruir la imagen de Poseidón reveló que recibió amenazas luego de que esto se hiciera viral.
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