Toda persona a la que le conste que se ha cometido un hecho delictivo, está obligada a denunciarlo ante las autoridades, no obstante, la ley penal en México admite como excepción a la regla, que podrán abstenerse de ello, los parientes del inculpado, es decir, el cónyuge, concubina, padres, hijos e inclusive los amigos.
En este sentido, las personas que guarden un vínculo de parentesco o estrecha amistad con el inculpado pueden abstenerse de testificar en su contra. Este derecho conlleva la obligación de la autoridad de hacer saber al declarante la posibilidad de acogerse a esa prerrogativa.
No obstante, si el testigo, una vez informado de la facultad de dicha abstención prevista por la ley, decide rendir su entrevista y denunciar los hechos, su declaración debe tomarse como válida por la autoridad investigadora.
Esto adquiere relevancia, pues desde un punto de vista legal, la amistad, forma de relación social además del amor, no es un vínculo que tenga una regulación específica en la mayoría de los sistemas jurídicos. Sin embargo, puede influir en distintos ámbitos del derecho de manera indirecta ya que, en cuestiones de herencias y testamentos, un amigo puede ser beneficiario si así se establece en el testamento a título de legado, por otra parte, en casos de custodia de menores, un amigo de la familia podría ser considerado como tutor si los padres fallecen o no pueden ejercer su responsabilidad, lo que muchos entendemos como “compadrazgo”.
La amistad también puede ocasionar problemas legales en algunos casos, por ejemplo, si un juez o funcionario público tiene una relación de amistad con una de las partes involucradas en un caso, o en una adquisición pública, estas situaciones pueden dar lugar a la incompetencia de los juzgadores para que dejen de conocer el caso específico, o se puede originar un conflicto de interés que también da lugar a sanciones ejemplares.
Todas las relaciones humanas sin excepción revisten efectos jurídicos, unas veces dichosos y otras veces adversos, pues no hay que dejar de lado que cuando el “amor” surge dentro de una relación de violencia, secuestro o abuso psicológico, puede interpretarse como una forma de manipulación, así mismo, el caso de las personas que se casan con ciudadanos de otros países solo para obtener beneficios migratorios, implica actos ilegales y puede ser motivo de deportación o sanción que también puede constituir delito de falsedad documental o fraude.










