¿En qué consiste el horario de verano?
El horario de verano implica adelantar una hora el reloj durante una parte del año, normalmente en primavera y verano. Así, las personas pueden disfrutar de más horas de luz natural, durante la tarde y anochecer, más tarde de lo habitual.
¿Por qué, el horario de verano, el tenerlo, ayuda al mercado eléctrico?
- Ahorrar electricidad: Al tener más horas de luz solar durante las actividades diarias, se reduce la necesidad de encender luces artificiales en casas, oficinas y otros espacios. Esto disminuye el consumo de energía eléctrica, sobre todo durante las tardes y noches.
- Aprovechamiento de la luz natural: El cambio de horario busca adaptar las actividades humanas a la luz solar disponible, maximizando su uso y limitando el tiempo en que se depende de fuentes artificiales de iluminación.
- Reducción de la demanda energética en horarios pico: En muchas regiones, la mayor demanda de electricidad ocurre al anochecer. Al retrasar el atardecer, el horario de verano ayuda a suavizar los picos de consumo.
Para entender todo el impacto del cambio de horario en la generación eléctrica, primero es necesario comprender cómo se produce, y distribuye la electricidad en México. El país cuenta con una matriz energética diversificada: termoeléctricas (más usadas), hidroeléctricas, energía nuclear, y en menor medida, fuentes renovables como la solar y la eólica, las cuales tienen una desventaja, al no contar con sistemas de almacenamiento, para incrementar la confiabilidad de esta en la red eléctrica del país.
En México, la mayor demanda de electricidad, conocida como «hora pico», suele registrarse durante las horas de la tarde, y primeras horas de la noche. Generalmente, este pico ocurre entre las 18:00 y las 22:00 horas, aunque puede variar ligeramente según la región y la temporada del año. Esto fue demostrado en la ultima conferencia de prensa realizada por parte del gobierno el 17 de julio del 2025, y a donde la CFE, demostró por medio de una gráfica que la hora de mayor demanda es a las 17:00 horas, y el repunte, ocurre a partir de las 19:00 horas, incrementando el estrés al mantener plantas operando para mantener las reservas, en el dado caso de un pico mayor de lo esperado.
El tener una hora mayor de luz, modifica la llamada “curva de carga” de la red eléctrica; es decir, la gráfica que muestra cómo varía el consumo de electricidad a lo largo del día, y que la CFE, tiene clara en conjunto con el CENACE, y adonde ambas tienen que coordinar en conjunto con los privados el mantener en equilibrio, he balanceado el sistema para que la electricidad llegue a todos los usuarios finales.
Regresar al horario de verano desde un punto de vista técnico de proteger al sistema eléctrico mexicano, el objetivo del hacerlo sería desplazar, el pico de la demanda, hacia una hora con mayor disponibilidad de luz solar. Sin embargo, estos ajustes pueden implicar, retos para la operación de las plantas generadoras, especialmente, si los cambios en los hábitos de consumo superan las previsiones calculadas cada 24 horas.
Las centrales termoeléctricas, que suelen ser las más flexibles y las que ayudan a mantener una reserva de electricidad en el sistema eléctrico, y pueden ajustar su producción relativamente rápido para mantener la velocidad de los electrones en las líneas de transmisión, y distribución; convirtiendo a estas como parte de la base para las 24 horas durante el día, las del tipo de ciclo combinado que consumen gas natural para su funcionamiento. Sin embargo, las plantas hidroeléctricas, y nucleares, requieren una planificación más anticipada para su arranque, y serían las que sustituirían a las del tipo solar, cuando estas salgan de operación.
En teoría, una reducción en el consumo total de electricidad, durante el horario de verano, puede traducirse en menos horas de operación para ciertas plantas, lo que reduce costos de generación y mantenimiento. Además, disminuye la presión sobre la red eléctrica, lo que favorece la estabilidad del sistema, al no tener demandas altas.
Durante las horas de mayor demanda, actualmente existen dos variables de consumo que afectan directamente al sistema eléctrico mexicano.
- La iluminación durante la tarde, al oscurecer, incrementa el uso de iluminación artificial.
- La utilización de sistemas de climatización. Actualmente, es uno de los principales problemas, debido al incremento de sensación térmica en la mayoría de las regiones en la república mexicana, ha aumentado el uso de aire acondicionado, y ventiladores durante las horas de la tarde, ya que las personas permanecen más tiempo en oficinas, escuelas o centros comerciales con temperaturas elevadas.
El regresar al horario de verano, uno de los efectos inmediatos, sería la disminución en la demanda de electricidad destinada a la iluminación de hogares y oficinas durante las tardes, puesto que la luz natural se aprovecha por más tiempo. Esto implica que, durante algunos meses, la CFE puede reducir la generación eléctrica en horas de la tarde-noche, lo que a su vez disminuye el uso de combustibles fósiles y las emisiones contaminantes. Pero ante el incremento de la sensación térmica, posiblemente el ahorro por menor uso de iluminación puede verse compensado o incluso superado, por el aumento en la demanda de energía para climatización de las personas, lo cual dependerá de cada usuario, para que quiera utilizar a la electricidad en sus actividades, y que está realizando entre las 19:00 a 22:00 horas. Por tanto, la curva de carga dependerá de cada región, a cuánto es la sensación térmica a la gente que está sometida, y el tiempo que usa para sentir a gusto en el espacio donde está.
Ante esto cada persona deberá preguntarse, si no quiere tener apagones derivados por la protección de las redes de distribución, la salida de transformadores, o simplemente hacer de forma programada para no comprometer al sistema, ante el incremento de la demanda, y la congestión que puede ocurrir en las líneas de transmisión, y sobre el todo en las de distribución.
El horario de verano podría funcionar, y podría el reducir los apagones, si los municipios al otorgar permisos de construcción de nuevos desarrollos residenciales, comerciales e industriales; y al no planear en forma adecuada. Estas malas decisiones pueden repercutir directamente en la infraestructura eléctrica local, provocando una presión adicional sobre redes que, en muchos casos, ya operan cerca de su capacidad límite al haber sido construida para un nivel máximo de demanda con base a los planes de urbanización, que la Constitución mexicana permite en el artículo 115, que concede a los ayuntamientos la potestad.
Técnicamente, el horario de verano podría beneficiar a la generación de electricidad en México, al reducir la demanda durante ciertos periodos, y permitir una operación más eficiente de las plantas generadoras, especialmente, al disminuir la necesidad de activar plantas de respaldo costosas, y contaminantes.
Reinstaurar, el horario de verano podría aportar cierta sincronía al sistema eléctrico nacional, y aliviaría a la demanda en horas pico en regiones específicas, pero no resuelve el problema de fondo de las redes saturadas. Por ello, la apuesta debe ser por soluciones estructurales de mayor alcance, que garanticen la seguridad y confiabilidad del suministro eléctrico en todo el país, mediante la modernización de la infraestructura, la promoción de la eficiencia energética y el desarrollo de una cultura de consumo responsable.










