El pan congelado ayuda a tu cuerpo de una manera inesperada, convirtiendo su almidón en un tipo de fibra prebiótica que alimenta las bacterias buenas en nuestro intestino. Según expertos, este proceso mejora la digestión y favorece la absorción de nutrientes, lo que contribuye a una mejor salud intestinal. A lo largo de los años, se ha asociado al pan con el aumento de peso, pero esta nueva investigación desafía esa idea, mostrando los beneficios de la congelación.
Un pan congelado tiene una estructura diferente al pan recién horneado, lo que beneficia aún más a tu microbiota intestinal. Esto se debe a que el almidón resistente, al no ser digerido completamente en el intestino delgado, llega al colon donde actúa como prebiótico. Este proceso mejora las funciones digestivas y la flora intestinal, ayudando a la prevención de problemas como el estreñimiento o el síndrome del intestino irritable.
Sin embargo, no todos los panes son iguales. Los panes de masa madre, integrales o de grano entero, junto con los trigos ancestrales, son los que ofrecen mayores beneficios para la salud digestiva.
Es importante mencionar que no todos los panes ofrecen los mismos beneficios, ya que los panes altamente procesados suelen perder muchas de sus propiedades nutricionales. Por eso, es recomendable optar por panes más naturales y menos refinados para aprovechar mejor los efectos positivos de la congelación.
El pan congelado ayuda a tu cuerpo a mejorar su salud digestiva, pero solo si elegimos el pan adecuado, libre de azúcares y aditivos artificiales.
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