Bajo la premisa del Gobierno de Tenosique, encabezado por Sandra Beatriz Hernández Jiménez, de preservar las costumbres y tradiciones que dan identidad a los pueblos, se celebró en la Casa del Hilandero, el concurso de la Danza de los Blanquitos.
Este evento reunió a personas de todas las edades, quienes disfrutaron de un ambiente festivo, colorido y lleno de entusiasmo.
El jurado, compuesto por José del Carmen Sierra Pérez, Víctor Manuel del Valle Cadena y Andrés Suárez Pérez, otorgó el primer lugar, con un premio de 15 mil pesos, al grupo representado por la colonia La Trinchera.
La segunda posición fue para la colonia Pueblo Unido, que recibió un premio de 10 mil pesos.
Asistieron al evento los regidores Yulissa Aes Mosqueda, Armando Díaz Lara, Amalia Montejo Ochoa y Urbino Misael Rodríguez Hernández, así como los directores de Fomento Económico y Turismo y de Atención a la Mujer, Gustavo Rodríguez Abarca, Druso Mosqueda Gómez y Rosario Adriana Margalli Pool, respectivamente.
También estuvieron presentes los coordinadores del DIF Municipal, Lenin Gutiérrez Cruz, y de Comunicación Social, Fernando Morales Pérez.
La Danza de los Blanquitos se caracteriza por su origen mestizo, ya que los danzantes imitan la piel de los amos blancos como una forma de reivindicación frente al maltrato que sufrían los esclavos africanos.
Se cree que esta danza fue introducida en Tenosique hace aproximadamente 145 años por un personaje de raza negra llamado José Pérez.
Los danzantes realizan sus movimientos al compás de la música que proviene de la concha de tortuga golpeada con huesos o madera, así como de flautas de carrizo.
El baile se ejecuta en círculo, luego se forman dos filas: en una, los danzantes avanzan y en la otra retroceden, repitiendo el proceso varias veces.
Posteriormente, se forman dos círculos, donde un danzante negro y una danzante negra ocupan el centro.
Se realiza un círculo pequeño y, a continuación, otro más grande en forma de zigzag.
La indumentaria de los participantes incluye pantalones cortos de manta, y su cuerpo se cubre de lodo, el cual, al secarse, queda de un color blanco, dando origen al nombre de la Danza de los Blanquitos.
El capitán lleva una bandera blanca que agita al compás de la danza.
Por su parte, el capataz viste pantalón corto, chaleco negro, un sombrero negro con forma de bombín, y porta un látigo y una pipa.
Las mujeres que participan adornan su atuendo con arracadas, un turbante de paliacate rojo, y una falda y blusa rojas.
Además, los integrantes del grupo exhiben penachos decorados con papel picado y una cruz de achiote tatuada en el pecho y la espalda, símbolos de su rica herencia cultural.
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