Un experimento internacional iniciado hace 20 años ha demostrado que replantar los bosques tropicales talados con distintas especies arbóreas consigue su recuperación mucho más rápidamente que si el bosque se restaura de manera natural.
Además, los investigadores han descubierto que cuanto más variadas son las especies arbóreas replantadas, más rápida es la recuperación del bosque, un hallazgo que pone de manifiesto la importancia de preservar la biodiversidad en los bosques vírgenes para restaurarla en los bosques en recuperación.
Los resultados del experimento, un proyecto de la South Asia Rainforest Research Partnership (SEARRP) en el que ha participado la Estación Experimental de Zonas Áridas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se ha publicado este viernes en la revista Science Advances.
El estudio, liderado por Andy Hector, investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Oxford (Reino Unido), evaluó la recuperación de 125 parcelas de bosque tropical talado que se sembraron con distintas combinaciones de especies de árboles que suelen ser objeto de tala.
Para el experimento, que se llevó a cabo en el estado malasio de Sabah, en la isla de Borneo, se utilizaron varias especies en peligro de extinción y la especie de árbol tropical más alta del mundo (Shorea faguetiana), que puede alcanzar más de 100 metros de altura.
Los primeros árboles se plantaron en 2002, y en los años siguientes se plantaron casi 100 mil en total.
Veinte años después, el experimento demostró que las parcelas replantadas con dieciséis especies arbóreas autóctonas se recuperaban más rápidamente en comparación con las parcelas replantadas con entre una y cuatro especies.
Incluso las parcelas que habían sido replantadas con una sola especie arbórea se recuperaban más rápidamente que las que se dejaban restaurar de forma natural.
Según los investigadores, una de las razones más probables de este resultado es que las distintas especies arbóreas ocupan diferentes posiciones, o “nichos“, dentro de un ecosistema, es decir, que se complementan entre sí para aumentar el funcionamiento general y la estabilidad del ecosistema.
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POR: JTG