La Fundación Pro Cuatro Ciénegas, en alianza con el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, logró la reintroducción de una manada de 44 bisontes americanos en una reserva natural privada en Coahuila, un hecho que no ocurría en la región desde hace más de dos siglos y que combina objetivos ecológicos y culturales.
El director de la fundación, Gerardo Ruiz, explicó en Aristegui en Vivo que los 44 ejemplares (38 hembras y 6 machos) fueron donados por el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza y trasladados desde el Rancho El Uno, en Janos, Chihuahua, hasta la reserva El Santuario, de casi 4,000 hectáreas, que la fundación maneja en Cuatro Ciénegas, Coahuila. El operativo contó con el apoyo técnico y los permisos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat).
Ruiz detalló que el bisonte es una “especie clave del ecosistema del desierto chihuahuense”. Su regreso busca restaurar procesos ecológicos vitales, ya que el animal “es conocido por su rol tan importante que tiene en moldear, en crear el hábitat más saludable, más biodiverso” a través del pastoreo, la dispersión de semillas y otros comportamientos que favorecen la infiltración del agua y reducen la erosión.
El proyecto incluye un fuerte componente de rescate cultural con la Nación N’dee (comúnmente llamada apache). Ruiz señaló que el bisonte era el animal más importante para las culturas indígenas del norte y su retorno representa “un acto de restauración biocultural y de justicia”. Comunidades N’dee de Chihuahua realizaron una ceremonia de despedida a la manada antes del traslado, y a su llegada a Coahuila se llevó a cabo un canto ceremonial de bienvenida liderado por un líder de esta nación.
“Por primera vez en más de 200 años”, afirmó Ruiz, la comunidad N’dee tendrá contacto directo con el bisonte en un territorio natural. El plan a futuro incluye un componente de ecoturismo donde los visitantes puedan aprender sobre la especie y la cultura N’dee.
Ruiz abordó una problemática más amplia del bisonte en México. Explicó que la población donante en Rancho El Uno ha crecido exitosamente, superando los 500 animales, lo que hizo necesario este traslado para evitar saturar la capacidad de carga de ese rancho. Sin embargo, señaló un desafío de fondo: la ausencia de depredadores naturales, principalmente el lobo mexicano.
“Ya no existen los depredadores naturales del bisonte”, declaró Ruiz, lo que rompe el balance natural entre machos y hembras y genera sobrepoblación dentro de las reservas cerradas. Ante la controversia que genera el sacrificio de ejemplares, Ruiz planteó una propuesta: recuperar, en colaboración con la Nación N’dee y con autorización de la Semarnat, “una cacería ancestral ceremonial del bisonte”. Esto permitiría un manejo poblacional “de una forma totalmente respetuosa, honrando al animal”, mientras se revive una tradición cultural.
Finalmente, el director de la fundación alertó sobre la principal amenaza para el ecosistema único de Cuatro Ciénegas, considerado “las Galápagos mexicanas” por su alta densidad de especies endémicas. Ruiz denunció una “sobreexplotación muy intensa del agua”, con extracciones de más de 3,000 litros por segundo del acuífero y canales superficiales, principalmente para producir forraje (pacas) para la industria lechera de La Laguna.
Reveló que la mayoría de los pozos de extracción “no tienen medidores”, a pesar de tener concesión, lo que imposibilita controlar los volúmenes reales. La fundación, además del proyecto del bisonte, trabaja en obras de restauración de humedales y promueve modelos de agricultura regenerativa que usen menos agua, en un esfuerzo por proteger este tesoro biológico mundial.
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FFO





