En el mes de enero del año 1992, se consumó uno de los capítulos más negros de la historia moderna de Tabasco. No tanto por el fin del régimen de un grupo político, sino porque marcó la pauta de lo que, desde el interior de un mismo partido, se puede lograr cuando la consigna es destruir y no sumar, cuando la ambición personal es más grande que el interés general y que el respeto a la decisión de las mayorías.
A Salvador Neme Castillo, no lo quitó la oposición. No fueron los éxodos ni las marchas y plantones que en esos años eran el pan nuestro de cada día. La decisión de “pedirle su renuncia” se tomó en Los Pinos y obedeció a las presiones que los grupos del PRI ejercieron sobre el presidente para remover al entonces gobernador.
Dice una vieja máxima, que quien no conoce su historia, está condenado a repetirla. Aquí podría decirse que la lección del pasado ha motivado a ciertos actores políticos a intentar reproducir hechos de antaño, con el fin de obtener resultados iguales, aunque, no se han dado cuenta que los tiempos no son los mismos.
Recordemos que fueron los grupos identificados con el madracismo y el gurrísmo, quienes fomentaron la caída del gobierno. Curiosamente, muchos que iniciaron su actividad política en el régimen sustituto del 92, son ahora quienes, según se sabe, mecen la cuna para intentar generar la percepción de que la historia puede repetirse.
Pero no entienden que Salinas ya no está y que quien toma las decisiones en el movimiento, no va a aceptar presiones ni conceder caprichos. Al contrario, es más probable que ocurra un manotazo enérgico en la mesa, que una concesión, producto del chantaje.
Los tabasqueños no nos merecemos estar a merced de los grupos de poder y menos de aquellos que son los directamente responsables del clima de inseguridad que vivimos. Tabasco no es un rancho ni es propiedad de unos cuantos, es la casa de todos y todos estamos obligados a cuidarla y a defenderla…
Antes de bajarnos del caballito…
El tema de los incrementos de las llamadas cuotas voluntarias que se le piden a los padres de familia del CBTis 32 en Villahermosa, ya está en el escritorio de Mario Delgado, titular de la Secretaría de Educación y en el de la propia presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. La cuota era de mil 500 pesos y sin algún argumento válido alguien decidió subirle a mil 800, lo que ha molestado a muchos padres de familia que se han quejado por varios medios del abuso y es que ya han sacado cuentas y tan sólo en un grupo de 64 alumnos, obtendrían más de 110 mil pesos. ¡Que buen negocio! ¿Y la educación gratuita? No se olviden que la presidenta fue una de las promotoras de la huelga en la UNAM, cuando se logró abolir el incremento en las cuotas. En serio que no tienen llenadera…
Por: Fernando Valdes










