El bombardeo se enmarca dentro de una ofensiva más amplia que Israel ha lanzado contra diversos puntos estratégicos en territorio iraní.
La zona afectada por el misil no solo aloja a la sede de IRIB, sino también oficinas diplomáticas y organismos internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), además de hospitales y medios de comunicación extranjeros.
Minutos antes del ataque, el Ejército israelí emitió una advertencia pública solicitando la evacuación inmediata del tercer distrito de Teherán, una zona con más de 300 mil habitantes.
En el comunicado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que atacarían “infraestructura militar asociada al régimen iraní”.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había anticipado públicamente este movimiento al declarar:
“El megáfono de propaganda e incitación iraní está a punto de desaparecer. Ha comenzado la evacuación de los residentes cercanos”.
Esta afirmación fue interpretada como una clara señal de que los medios estatales iraníes se convirtieron en objetivos militares.
La respuesta iraní y el contexto del conflicto
El gobierno de Israel justificó esta ofensiva como una respuesta directa al presunto avance iraní en el desarrollo de armamento nuclear.
Según fuentes oficiales israelíes, su servicio de inteligencia habría detectado señales concretas de que Irán habría retomado un programa secreto para fabricar armas atómicas.
Como respuesta, Israel intensificó sus bombardeos sobre objetivos considerados estratégicos.
Entre ellos se encuentran centros de comando, almacenes y, ahora, la sede de la radiodifusión estatal IRIB, una decisión con fuerte carga simbólica al tratarse del centro emisor del discurso oficial del gobierno iraní.
Irán replicó con el lanzamiento de misiles balísticos que impactaron zonas residenciales israelíes, provocando la muerte de al menos ocho personas en la última noche.
En total, los ataques iraníes han causado la muerte de 24 ciudadanos israelíes en los últimos días.