México no nació con la conquista, ni comenzó con la colonia. México tiene una raíz más profunda, sabia y poderosa: México-Tenochtitlán. Hoy, 700 años después de su fundación en 1325, el corazón cultural, espiritual y político de la nación vuelve a latir con fuerza. Esta vez, no desde la nostalgia, sino desde la conciencia y el reconocimiento.
El año 2025 marca un hito: la conmemoración de los Siete Siglos de Legado de Grandeza de México-Tenochtitlán, un esfuerzo histórico, artístico y político por devolverle a nuestra nación su rostro original, su voz ancestral, su linaje de grandeza. Encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum y la jefa de Gobierno Clara Brugada, esta iniciativa busca no solo honrar el pasado, sino sembrar dignidad en el presente y proyectar identidad hacia el futuro.
Una civilización floreciente, no conquistada sino invadida
México-Tenochtitlán fue mucho más que una ciudad fundada en medio de un lago. Fue un modelo de civilización. Su traza urbana, su organización política, su riqueza cultural y su cosmovisión colocaron a este asentamiento mexica entre las urbes más avanzadas del mundo de su época. En su momento de mayor esplendor, albergó a más de 200,000 habitantes, con mercados, templos, escuelas, canales, calendarios rituales y sistemas agrícolas de chinampas que aún hoy son estudiados por su eficacia ecológica.
A contracorriente del discurso dominante que durante siglos vendió la conquista como un acto “civilizatorio”, esta conmemoración reafirma lo que la historia crítica ha venido documentando: la Conquista fue una invasión violenta, impulsada por intereses económicos y políticos que buscaban desmantelar culturas enteras. La civilización mexica no fue derrotada moralmente, fue traicionada, traicionada por las armas, por las epidemias y por la ambición.
Nombres que son legado, no sólo historia
Los actos escénicos del próximo 26 de julio en el Zócalo capitalino son más que una representación artística. Son un acto de recuperación simbólica. En cuatro capítulos —la Fundación de Tenochtitlán, la Lucha por la Libertad, el Esplendor de la Gran Ciudad y el México Contemporáneo— participarán 838 actores y actrices (300 mujeres, 538 hombres y 50 niñas y niños), junto a 3,500 danzantes que recorrerán el sendero de la Migración Ancestral, desde Chapultepec hasta el Zócalo.
Se evocarán nombres que alguna vez fueron erradicados de los libros escolares, pero que hoy regresan con dignidad:
• Chimalma, la que porta el escudo.
• Ilancuéitl, la de la falda vieja.
• Quetzalmoyohuatzín, la del abanico de quetzal.
• Tecuichpo Ixcaxochitzin, flor de algodón y joven señora.
• Moctezuma Ilhuicamina, el flechador del cielo.
• Itzcóatl, serpiente de obsidiana.
• Cuauhtémoc, el águila que desciende.
Estos nombres no son reliquias, son faros. No son pasado, son parte de nuestra lengua, nuestra tierra y nuestra lucha diaria.
Una celebración viva que transforma el espacio público
El mes de julio estará dedicado a la memoria activa. Entre las actividades destacan:
• Sendero de la Isla: intervención de 23 km del perímetro histórico de Tenochtitlán.
• Videomapping del 11 al 27 de julio sobre los 700 años de historia en el Zócalo.
• Ópera fílmica “Cuauhtemoczin” en Bellas Artes y espacios públicos.
• Exposición “La Nopalera en el Corazón” con 50 esculturas intervenidas por artistas.
• Libro para colorear gratuito sobre el Códice Tenochtitlán, distribuido en primarias.
• Develación del monumento “Tlalmanalli” frente a Palacio Nacional.
• Emisión de billete de lotería y timbre postal conmemorativo.
Cada acción cultural tiene un propósito: devolverle al pueblo su historia, empoderar a niñas y niños con orgullo originario, y resignificar el espacio público como territorio de memoria, dignidad y resistencia.
Una visión humanista con rostro de mujer
Que sea una mujer presidenta la que encabeza esta conmemoración no es coincidencia: es justicia. Claudia Sheinbaum ha reiterado que esta celebración parte del Humanismo Mexicano, que reconoce como pilares a los pueblos indígenas y afromexicanos. Esta visión plural, incluyente y descolonizadora impulsa también una perspectiva de género que rescata los nombres y voces de las mujeres originarias, fundadoras y protagonistas del mundo mexica.
Porque la historia no fue escrita solo por hombres ni impuesta por reyes. Fue tejida, defendida y sostenida también por mujeres sabias, guerreras, curanderas y madres de la tierra. En su memoria también se funda esta patria.
No es folclor, es soberanía cultural
La conmemoración de los siete siglos de México-Tenochtitlán no es un adorno institucional ni un espectáculo para turistas. Es una declaración de soberanía cultural, una apuesta por construir futuro desde nuestras raíces. Es entender que sin pasado no hay porvenir. Que la grandeza no está en borrar nuestra historia, sino en restaurarla.
Hoy, más que nunca, necesitamos mirarnos con orgullo, educar con verdad y gobernar con raíz. Porque la grandeza de México no comenzó con la colonia, ni se limita al discurso occidental. Comenzó con un pueblo que alzó la vista al cielo y supo leer una señal sobre un lago. Ese pueblo aún vive.
Nota:
Tenochtitlán llega a la Lotería Nacional
Como parte de esta conmemoración histórica, la Lotería Nacional emitirá un billete conmemorativo para el Sorteo Superior del viernes 25 de julio, dedicado a los Siete Siglos de México-Tenochtitlán. Este billete, además de ser una pieza simbólica de colección, circulará por todo el país como un homenaje tangible al linaje mexica, llevando la memoria ancestral hasta el rincón más remoto del territorio nacional.
Junto al billete, también se lanzará un timbre postal conmemorativo con valor de nueve pesos, para seguir difundiendo el legado de Tenochtitlán a través de cada carta, cada envío y cada memoria compartida.
Invitación abierta a todo México
Este 26 de julio de 2025, asiste al Zócalo de la Ciudad de México y ser parte de esta histórica representación de los Siete Siglos de Legado de Grandeza. Acompaña la marcha ancestral desde Chapultepec, vibra con las danzas, revive la historia en cada paso, cada canto, cada rostro.
Lleva a tus hijas, a tus abuelos, a tus estudiantes, a tu comunidad. Que México recuerde, celebre y siga caminando con dignidad. Porque somos herederos de una historia invencible, y hoy más que nunca, es momento de reconocernos como hijos de la gran Tenochtitlán.
Grace Bravata (FOH)










