El Gobierno federal anunció la aplicación de aranceles de hasta 210 por ciento a la importación de azúcar, una decisión que busca fortalecer a la agroindustria nacional frente a la caída de los precios internacionales y el riesgo de una sobreoferta en el mercado interno. La medida quedó establecida en un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
La disposición se dirige principalmente a las compras de azúcar que ingresan al país a precios muy bajos, en especial las provenientes de Brasil, nación que no goza de aranceles preferenciales. Aunque el decreto no lo detalla explícitamente, la medida aplica a importaciones originarias de países miembros de la Organización Mundial de Comercio con los que México no mantiene acuerdos comerciales que otorguen trato arancelario reducido.
En consecuencia, el nuevo esquema no afecta a Estados Unidos ni a Canadá, naciones que, como socios del T-MEC, están exentas de estas tasas.
El decreto modifica diversas fracciones de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, sustituyendo las cuotas por kilogramo que estaban vigentes por aranceles proporcionales de 156% y 210.44%, según la clasificación del tipo de azúcar.
La medida —que entra en vigor hoy— tiene como objetivo corregir lo que el Gobierno define como “distorsiones del mercado global” y garantizar la continuidad de la producción nacional. Con ello busca resguardar a ingenios y productores de caña afectados por la sobreoferta y por precios internacionales en niveles históricamente bajos.
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