El Estadio Azteca de Ciudad de México ha albergado más partidos mundialistas que ningún otro. Es donde Diego Maradona marcó su famoso gol “La mano de Dios” en 1986. También es hogar de uno de los equipos de fútbol más venerados de México: el Club América.
Es un buen lugar para platicar con Emilio Azcárraga, el dueño del equipo, un par de horas antes de que el América varonil ganara su 15° título de liga el pasado 26 de mayo. Este logro es especialmente significativo, ya que se suma al triunfo en el torneo de Clausura, otorgando al América un bicampeonato histórico
Azcárraga, de 56 años, llega al estadio temprano y la única condición para la entrevista es que no hablemos de posibles resultados del partido. Es muy supersticioso. Dos horas antes de que empiece el encuentro, el Azteca ya está pintado de playeras amarillas.
El América ha tenido un buen año de resultados, no sólo en la cancha de futbol. La empresa dueña del equipo, Ollamani SAB, se escindió de Grupo Televisa en febrero, y las acciones no han hecho más que subir. Están arriba 49% desde que la acción debutó en la Bolsa Mexicana de Valores con el ticker AGUILCPO, en alusión a Águilas, el apodo del equipo. Un ollamani es un jugador de un antiguo juego de pelota popular en el México prehispánico.
La salida a Bolsa hizo del América el primer equipo de futbol que cotiza en México, y de los pocos que lo hacen en el mundo –junto con el Manchester United de Inglaterra, el Borussia Dortmund de Alemania y el Juventus Football Club de Italia.
“Siempre hemos querido ser innovadores”, dice Azcárraga, de pie fuera de su palco antes del partido, que se retrasaría unos 40 minutos debido a una intensa tormenta. “Ollamani está apenas viviendo sus primeros meses de nacimiento, pero estoy seguro de que va a ser el principio de una larga historia”.
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