Las intensas lluvias que han azotado el este de China han dejado un saldo de al menos dos muertos y cinco desaparecidos en la ciudad de Huangshan, provincia de Anhui. Más de 200 residentes requirieron rescate de emergencia y 2,100 personas han sido reubicadas en zonas seguras.
En Guilin, provincia de Guangxi, el río Lijiang ha alcanzado su nivel más alto desde 1998, llegando a 148.55 metros. Las autoridades han evacuado a turistas y residentes, suspendido trayectos de tren y reducido la velocidad de los ferrocarriles en áreas afectadas.
La provincia de Jiangxi también ha sufrido el impacto de las lluvias, con más de 670,000 personas afectadas. Se han registrado deslizamientos, inundaciones y daños en infraestructura, con pérdidas económicas estimadas en 660 millones de yuanes (91 millones de dólares). El gobierno ha emitido una alerta azul debido a los niveles peligrosos en el río Ganjiang y el lago Poyang.
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En Fujian, los desastres geológicos han golpeado especialmente a la población de Xikou, donde ocho puentes han sido destruidos y 15 aldeas han quedado incomunicadas.
El Ministerio de Recursos Hídricos de China prevé que el país experimente tanto inundaciones como sequías entre junio y agosto, influenciadas por el fenómeno El Niño. Este pronóstico se suma a una serie de eventos climáticos extremos en los últimos veranos, como las inundaciones en Beijing en 2023 que dejaron más de 30 muertos, las olas de calor y sequías de 2022 en el centro y este del país, y las devastadoras inundaciones de 2021 en Henan que causaron casi 400 muertes.
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KCQ