La gente ya no quiere trabajar… (pero contigo). “¡Y por qué no lo has hecho tú!”, le gritaba a su asistente el gerente cuarentón de un popular restaurante mientras levantaba los brazos exaltado.
La chica, apenada, volteó a ver quién se daba cuenta del mal humor de su jefe; como cuando resbalamos y caemos al piso, lo único que deseamos es que nadie nos haya visto.
Ella salió de la cocina apenada por mi presencia, mientras el gerente me extendió la mano con el rostro desencajado y el ceño fruncido y dijo: “Es que la gente ya no quiere trabajar”.
Existe una crisis de capital humano a nivel mundial, donde la cultura del emprendimiento se fortalece y la fuerza laboral tan solo en México desciende su estabilidad laboral, creciendo de esta forma la deserción laboral.
Las personas renuncian en su mayoría por un mal liderazgo y la falta de crecimiento según AON Consultoría de capital humano.
No, no es la paga; no son las prestaciones; tampoco es el horario, en la mayoría de los casos. La estadística es que, de cada 10 trabajadores, 6 renuncian por un mal liderazgo.
Cuando hablamos de un mal liderazgo especialmente te estoy hablando de: Favoritismo, nula confianza hacia el trabajador, presión para obtener resultados sin otorgar las herramientas adecuadas, mala comunicación y falta de claridad en los objetivos, originando un rendimiento ineficiente.
Puedes caminar sobre las brasas mientras el Jefe grita: ¡Vamoooooosss!; lo cierto es que esto sucede a la hora de la verdad: en la operación diaria, en las actividades cotidianas, en los pequeños detalles.
Si quieres encender el motor de rendimiento en tu negocio, debes aprender a ser un líder Integro con autoridad moral y comunicación profunda, que sea duro con los procesos, pero suave con las personas.
Por eso te voy a revelar el “Ingrediente Secreto” para sacar lo mejor de tu equipo de trabajo. Es muy simple realmente, pero la misma simplicidad lo hace complicado. Se llama CONFIANZA y es el común denominador en un equipo de trabajo de alto rendimiento.
Nada bueno, bueno, puedes lograr si tu equipo de trabajo no confía en ti y menos si no confían entre ellos. Por eso te voy a dar unas pepitas de oro que, si aplicas con disciplina, vas a modificar el comportamiento de forma progresiva en tu equipo de trabajo.
- Da reconocimiento diario. Solo necesitas decir: “Gracias por lo que haces, tu actividad es muy importante en esta empresa”.
- Cuando te llenes de IRA por lo que sea…sella tu boca, respira, no mandes mensaje, no hagas llamadas, no sabes la guerra que atraviesa cada quien. Asegúrate de no absorberle la energía a nadie del equipo.
- Alimenta el propósito de forma divertida todos los días con mini juntas de activación.
- Cuando un equipo de trabajo se siente a gusto, los errores disminuyen, la sinergia crece y los resultados llegan.
- Asume como líder la responsabilidad que todos aquellos fuegos que se prenden, tú los provocaste y nadie más.
Pauser Almeida Consultor de Crecimiento Organizacional
POR: Paulo César Almeida










