Con un tono enérgico y un mensaje contundente, la diputada *Tey Mollinedo Cano*, secretaria de la comisión de energía, subió este miércoles a la tribuna del Palacio Legislativo de San Lázaro para dejar claro que México enfrenta dos proyectos de nación antagónicos: el nacionalismo y la soberanía, o el entreguismo y la privatización.
Desde el corazón del poder legislativo, la legisladora morenista dejó en claro que la aprobación de diez leyes en materia energética no solo es un paso clave en la consolidación del proyecto de la Cuarta Transformación, sino también una reafirmación de que el pueblo de México ha elegido fortalecer al Estado y su rectoría sobre los recursos estratégicos del país.
*Un discurso con referencias históricas y una postura firme*
Mollinedo Cano no dejó espacio a la ambigüedad y trazó un paralelismo histórico entre la lucha del General Lázaro Cárdenas en la expropiación petrolera, la defensa del sector energético por Adolfo López Mateos, y la actual transformación encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Rescatando las palabras del expresidente López Mateos, la diputada advirtió sobre los intentos de algunos sectores de ceder los recursos energéticos a intereses extranjeros:
“En años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo nuestro petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros”.
Hoy, dijo, la historia confirma esa advertencia y es la Cuarta Transformación la que debe responder con firmeza para evitar el retroceso.
“No se puede ser estadista y entreguista al mismo tiempo”
Con esta frase lapidaria, la diputada definió el eje del debate en la tribuna. Según expuso, el paquete de leyes energéticas busca:
1. Recuperar y dignificar la empresa pública, enfocándose en el bienestar social en lugar de la rentabilidad empresarial.
2. Devolver al Estado la rectoría sobre la energía para garantizar soberanía y estabilidad.
3. Fortalecer las finanzas públicas, impulsando la inversión en infraestructura energética.
4. Planear el sector energético con visión social, priorizando el abastecimiento para el pueblo.
5. Garantizar estabilidad en la producción de hidrocarburos, sin descuidar la transición a energías limpias.
Además, criticó la postura de la oposición, a la que acusó de ser incongruente y de representar intereses privados por encima del bienestar nacional.
“La oposición viene aquí a intentar negociar utilidades para unos cuantos, nosotros impulsamos el bienestar para todos, sobre todo para los más necesitados”, sentenció.
*La soberanía energética como prioridad nacional*
La diputada Mollinedo Cano fue tajante al señalar que el fortalecimiento del Estado y la reivindicación de la empresa pública son esenciales para el futuro del país. En un mensaje claro a los detractores, aseguró que el gobierno actual no cederá ante presiones externas ni ante el negacionismo interno de una oposición debilitada.
“Las cartas están echadas, el pueblo se ha expresado y está atento e informado”, advirtió.
*Un mensaje directo: el pueblo es el motor de la transformación*
El discurso cerró con una frase que resonó en el recinto legislativo y que dejó en claro la postura de la diputada:
“No hay forma de equivocarse: estar del lado correcto de la historia es estar siempre de la mano del pueblo”.
Así, en un día clave para la política energética del país, el Congreso de la Unión se convirtió en el escenario donde la Cuarta Transformación reafirmó su compromiso con la soberanía energética y el bienestar de los mexicanos.
Hoy, la lucha no es solo por el petróleo o la electricidad, sino por el derecho de la nación a decidir sobre su futuro.
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