La Suprema Corte de Justicia de la Nación está por discutir un caso en el que se analizará la pertinencia y los alcances de las consultas a poblaciones en situación de vulnerabilidad previo a la emisión de leyes. Las denominadas consultas previas. Por ello, convocó una audiencia pública.
No es la primera vez que vemos este ejercicio. No obstante, la última ocasión en que especialistas comparecieron ante el Pleno fue en 2008, durante la discusión de la despenalización del aborto en el entonces Distrito Federal. Es decir, hace más de quince años.
El ejercicio que estamos presenciando no es inédito, pero sí importante porque permite a los tribunales constitucionales escuchar las voces expertas sobre temas que, en ocasiones, no son fáciles de entender. Y es que, pese a lo que se piensa, las personas juzgadoras no lo saben todo, ni están obligadas a hacerlo. Pero sí requieren de auxiliarse de opiniones que ayuden a encauzar una decisión.
¿Cuál será el valor de la audiencia pública? No es solamente que la pluralidad de voces sea escuchada por las ministras y ministros. Representan un ejercicio para incidir en la toma de decisiones por parte de las más altas autoridades jurisdiccionales del país.
La construcción de un mejor sistema de justicia es una tarea conjunta. Además, una consecuencia de la elección de personas juzgadoras y del modelo de justicia cercana que se busca implementar es precisamente involucrar a la ciudadanía en los ejercicios deliberativos de nuestros tribunales.
Es importante que la primera audiencia, tras muchos años, esté relacionada con los derechos de las personas con discapacidad, ya que, como sociedad, tenemos una deuda con las poblaciones históricamente discriminadas. No se trata de una graciosa concesión, sino ante una lucha que ha persistido por años y nos negábamos a ver.
Todas las personas debemos involucrarnos en el caso que discutirá el Tribunal Pleno. Educarnos sobre la temática, aprender sobre conceptos como capacitismo o modelo de discapacidad social, entre otros.
Para hacer efectivo el principio de igualdad no basta con escribirlo en la Constitución. Tenemos que transitar hacia un sistema de justicia que escuche, que no se quede solo con sentencias dignas de enmarcarse, sino que sea un verdadero mecanismo de cambio para quienes enfrentan barreras de accesibilidad.
Por: Santiago Chablé




