Ponte en contexto: Fátima Bosch, la primera tabasqueña en ganar Miss Universo México, acaba de romperla y poner a su estado en la cima. ¿Y sabes qué? Muchas de sus propias compañeras ni le dieron un “felicidades”. ¿Por qué? ¿Será que molesta que alguien más brille? Spoiler: no, solo muestra que todavía nos falta entender qué es la sororidad de verdad.
Chicos, esto no es solo un concurso de belleza. Es una victoria para todas las que sueñan con llegar lejos, sin importar de dónde vienen. Es el recordatorio de que podemos romper techos de cristal y dejar atrás etiquetas que solo nos frenan.
Entonces, ¿por qué callar? En serio, apoyar a alguien más no te quita nada, al contrario: te hace más cool, más real, más parte de un movimiento que está cambiando las reglas del juego.
Fátima hizo historia y merecía más que un “seen”. Merecía que todas sus compañeras, y todos nosotros, la llenáramos de buena vibra y orgullo. Porque cuando una mujer gana, ganamos todas. Y si todavía no lo entiendes, te reto a que le des follow, le des like, y compartas su historia. Que su corona no sea un logro invisible, sino un faro para todas las que vienen detrás.
Así que, next time que alguien brille, no bajes el volumen ni cierres la pestaña. Dale play, apoya, celebra. Porque eso sí que es ser #TeamReal💪🏻.
Columna por: Jimmy David











