Con la última etapa de la implementación de la reforma judicial llega a su fin una etapa de la justicia electoral. El 31 de agosto se extingue la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Este órgano del TEPJF nació de las reformas constitucionales y legales de 2014. La Sala Especializada tenía a su cargo una tarea incómoda: sancionar a personas y partidos políticos cuando incumplían las reglas de los procesos electorales, así como determinar la responsabilidad de personas del servicio público que indebidamente se inmiscuían en los comicios para renovar los Poderes de la Unión.
Esta función la desempeñó con discreción, sin protagonismos. Sus criterios fueron pioneros en temas como la violencia política contra las mujeres por razón de género, la protección de los derechos de las infancias en materia de propaganda política-electoral, la garantía del acceso a la información a través de la propaganda electoral para las personas con discapacidad, entre otros temas.
Hay un antes y un después de la Sala Especializada. No recuerdo que, previo a su existencia, se dictaran medidas de reparación integral en un procedimiento de responsabilidad administrativa. Además, se fijaron criterios que buscaron garantizar la equidad en la contienda y limitar la intervención de personas del servicio público en los procesos electorales.
Recordemos que fue la Sala Especializada la que determinó que el expresidente López Obrador incurrió en coacción al voto durante las mañaneras. También fue esta misma Sala la que concluyó que se usó de forma facciosa a la entonces Procuraduría General de la República para perjudicar a Ricardo Anaya en el proceso electoral de 2018 y la que sancionó al Partido Verde por difundir propaganda durante la veda electoral en dos ocasiones.
De lo anterior advertimos que la función de la Sala no obedecía a las fuerzas políticas dominantes del momento. Buscó, en todo momento, cumplir el mandato constitucional encomendado: garantizar la equidad en la contienda en la medida de sus posibilidades.
No existe un diagnóstico o una justificación para desaparecer la Sala Especializada. Su fin representa un retroceso en el acceso a la justicia, al quedar en una única instancia—sin posibilidad de revisión—las sentencias que sancionan a las personas y partidos políticos o que fincan responsabilidades a personas del servicio público. De ahí que considero es indebido el cierre de la Sala Especializada el próximo 31 de agosto. Este es un error que debe remediarse en la próxima reforma electoral.
En lo personal, no puedo más que agradecer a la magistrada Gabriela Villafuerte Coello por su invitación y confianza para integrarme a su equipo de trabajo, primero como secretario de apoyo jurídico y después como secretario de estudio y cuenta. Aprender de ella es una de las mejores experiencias profesionales y personales que he tenido.
También gracias a la magistrada en funciones Mónica Lozano Ayala por la confianza de permitirme continuar en esa labor.
Gracias Abril, Jaz, Oscar, Mariana, Esther, Rosy, Romina y Nancy, por su gran trabajo, su amistad, su apoyo en todo momento. Tienen ustedes un lugar eterno en mi corazón.
Gracias Karen, Gina, Víctor, Mike, Ale, Gloria, Jesica, Vicente, Emmanuel, José Luis, César y Dulce, por sus enseñanzas, por su guía, por su paciencia y por su compañerismo.
De antemano, una disculpa si olvido algún nombre, es el riesgo que corre uno cuando empieza con los agradecimientos.
Así que, acabo estas líneas diciendo: gracias a todo el personal y al gran equipo que integró la poderosa, única e inigualable Sala Especializada.
Y como dice la gran magistrada Gabriela Villafuerte: lo que viene conviene.
Por: Santiago Chablé










