El gobierno de China pagará unos 500 dólares (9,364 pesos mexicanos, aproximadamente), por cada niño menor de tres años que tengan las familias, para reactivar la natalidad en su país.
En 2024, la población de China, el segundo país más poblado del mundo por detrás de India, disminuyó por tercer año consecutivo.
Según algunas proyecciones de la ONU, la población podría pasar de los 1,400 millones actuales a menos de 800 en el año 2100.
El importe de la nueva ayuda, que se concederá con ciertas condiciones, será de 3,600 yuanes al año (unos 500 dólares), indicó la cadena estatal CCTV, citando una decisión del gobierno chino y del Partido Comunista, en el poder.
«Se trata de una medida nacional importante destinada a mejorar el bienestar de la población», subrayó la cadena.
El año pasado solo se registraron 9.54 millones de nacimientos en China, la mitad que en 2016.
En 2024 la población disminuyó en 1.39 millones y en 2023 China perdió su estatus de país más poblado del mundo en favor de India.
¿Qué pasa con el descenso de la población de China?
China enfrenta el inicio de una crisis de natalidad, pues comenzó a reportar descenso de población en 2022, 2023 y 2024, que es el resultado de la política Gran Salto Adelante.
Las estimaciones indican que para 2035 habrá más de 400 millones de personas adultas mayores de 60 años o más, en China, que representará más del 30% de la población.
Esta alza en la población adulta mayor tendrá un impacto negativo en la fuerza laboral y economía del país, pues no tendrán los recursos para pagar las pensiones de los jubilados.
Para mitigar el impacto, China anunció gradualmente el aumento de la edad de jubilación (de 60 a 63 años para hombres, 55 a 58 para mujeres en trabajos de oficina) entre 2025 y 2030, así como reformas en los requisitos de cotización.
Por qué hay menos nacimientos en China?
China presenta una de las tasas de fertilidad más bajas del mundo: apenas 1.15 hijos por mujer en 2024, muy por debajo del nivel de reemplazo demográfico (2.1).
Pese al abandono de la política del hijo único en 2016 y la adopción de medidas para permitir hasta tres hijos en 2021, muchos jóvenes optan por no tener hijos debido al alto costo de vida, las demandas laborales intensas y cambios en prioridades personales.
Décadas de la política del hijo único dejaron huella: generaciones acostumbradas a no procrear más allá de un niño, desequilibrios en la proporción de género y una cultura donde tener más hijos aún se percibe como una carga económica.
La migración masiva a zonas urbanas, donde los costos de vivienda y educación son elevados, ha disuadido a muchos jóvenes de formar familias numerosas.
Además, las nuevas generaciones dan prioridad a su carrera y calidad de vida sobre la maternidad o paternidad.
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