En Chiapas, los trastornos mentales se han consolidado como un problema de salud pública que afecta a miles de personas. La esquizofrenia, la depresión y la ansiedad encabezan la lista de diagnósticos más frecuentes, en un contexto donde la falta de infraestructura médica y el estigma social continúan siendo los principales obstáculos para acceder a atención especializada.
Datos del Sistema Estatal de Salud Mental y de la Unidad de Atención San Agustín, en Tuxtla Gutiérrez, señalan que la esquizofrenia representa el 28.8 por ciento de los casos atendidos, seguida por los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, con un 24.1 por ciento, y los trastornos de ansiedad, con un 21.9 por ciento.
Los reportes más recientes confirman que la esquizofrenia sigue siendo el padecimiento psiquiátrico más atendido en los hospitales públicos del estado, mientras que los cuadros de depresión y ansiedad muestran una tendencia al alza.
Un estudio realizado en 2024 reveló que cerca del 11 por ciento de la población chiapaneca presenta algún grado de afectación emocional o psicológica, atribuida principalmente al estrés, las condiciones económicas y la falta de redes de apoyo.
Especialistas advierten que, sin una estrategia integral que combine atención médica, acompañamiento social y políticas de prevención, la salud mental podría convertirse en uno de los desafíos más urgentes para el sistema de salud en Chiapas.
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