Los casos del actual brote de sarampión declarado a principios de año en Texas (EE.UU.) suman ya 683, según ha informado este viernes el Departamento de Salud del estado sureño.
Aunque Gaines, el condado del oeste del estado donde se originó el brote, sigue concentrando casi el 60 % de los contagios, el Departamento de Salud no detectado ningún nuevo contagio ahí desde el pasado martes y en cambio hoy ha anunciado los primeros casos en los condados de Eastland (centro), Upshur (noreste) y Hardeman (norte).
El brote se ha incrementado en 20 nuevos casos desde el pasado martes, y desde la primera detección del brote el pasado 23 de enero 89 de los infectados han tenido que ser hospitalizados.
En total son 29 los condados texanos afectados ya por el sarampión, mientras que el brote ha costado hasta el momento la vida a dos menores, ninguno de los cuales estaba vacunado.
En un contexto marcado por la caída en los niveles de vacunación, el actual brote ha afectado principalmente a personas no vacunadas, que suponen el 95 % de los infectados, y el 65 % de los casos confirmados afecta a menores de 18 años.
El de Texas es el más grave de los brotes de sarampión, una de las enfermedades más contagiosas del mundo, que afectan actualmente a EE.UU., donde en total desde el comienzo del año se han reportado 935 casos en 30 de los 50 estados del país, el 96 % de ellos en personas no vacunadas, según datos publicados hoy por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Un reciente estudio de la Universidad de Stanford indica que las tasas de vacunación infantil en EE.UU. han caído hasta el punto de afectar a los niveles de inmunidad colectiva y alerta de que si estas tasas se mantienen o siguen bajando, además de propagarse el sarampión, algunas enfermedades infecciosas que se dan por erradicadas en el país, como la rubeola o la poliomelitis, podrían reaparecer.
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