Aunque muchos la consideran solo un acompañamiento en las comidas, la tortilla de maíz es un alimento con gran valor nutricional. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) señaló que detrás de su aroma y sabor característicos se encuentra un verdadero tesoro para la salud.
En su edición de noviembre, la revista de la Profeco dedicó un artículo a este alimento básico, al que calificó como símbolo de identidad cultural y fuente importante de nutrientes, especialmente por su elaboración a partir del maíz nixtamalizado, proceso que potencia su contenido de vitaminas y minerales.
De acuerdo con la dependencia, el consumo regular de tortillas puede cubrir hasta el 50% del requerimiento diario de calcio, nutriente esencial para mantener huesos y dientes fuertes. Además, aporta niacina (vitamina B3), tiamina (B1) y minerales como fósforo, magnesio y potasio, fundamentales para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Te puede interesar: Apio: descubre por qué es el mejor aliado natural para limpiar tu organismo
La tortilla de maíz también es una fuente natural de carbohidratos complejos, los cuales liberan energía de manera gradual, ayudando a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Gracias a su índice glucémico moderado, es una opción adecuada para quienes buscan controlar su peso o padecen diabetes, siempre que se consuma con moderación.
Su contenido de fibra favorece la digestión y genera sensación de saciedad, lo que contribuye a evitar el consumo excesivo de otros alimentos calóricos. Además, al ser libre de gluten y baja en grasa, es una alternativa segura para personas con enfermedad celíaca o intolerancia al trigo.
Cada tortilla de aproximadamente 30 gramos contiene unas 60 calorías, menos que una de harina, que aporta alrededor de 88.
Por ello, la Profeco subraya que la tortilla de maíz, más allá de su papel cultural, sigue siendo un alimento equilibrado, versátil y nutritivo, que puede formar parte de la dieta diaria, siempre dentro de una alimentación balanceada.











