Ni el intenso sol sobre el asfalto ni las lluvias que empapan logran frenar a quienes, contra todo, eligen la bicicleta como su transporte diario. Entre ellos está Israel, un mecánico con 11 años de experiencia que encabeza Rompepistas, un taller en la colonia Roma que se ha convertido en refugio, hospital y punto de encuentro para ciclistas.
“El incidente más común son las ponchaduras”, comenta con una sonrisa habitual. “En temporada de lluvias, lo que más se vende son salpicaderas y luces. Hay que ser visible todo el tiempo… la gente no deja de pedalear, sigue siendo una opción para muchos”, asegura.
La idea del taller surgió a raíz de un problema personal: cuando se dirigía a su trabajo en la colonia Nápoles, una llanta pinchada podía arruinarle el día porque no había un lugar cercano para repararla. En un inicio, se asoció con una pareja y contrató a un mecánico, pero con el tiempo renunció a su empleo formal, se quedó solo y aprendió el oficio “sobre la marcha”.
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Actualmente recibe alrededor de 15 bicicletas por semana, desde modelos de ruta y montaña hasta urbanas. Aunque realizan todo tipo de reparaciones, el servicio más solicitado es el mantenimiento. Israel insiste en que una bici bien cuidada “te va a llevar lejos” y recomienda no dejar pasar más de un año sin darle servicio: “Si no se usa, las piezas se secan; si se usa, se desgastan. Lo ideal es revisarla cada ocho meses y siempre después de la temporada de lluvias”.
Con la experiencia que le dan más de una década y cientos de bicicletas reparadas, Israel lanza una invitación clara: “Salgan a rodar. La bici es eficiente como transporte y liberadora como deporte… te despeja”.
(WCLS)











