Comienzas tu día saliendo de tu casa, caminando sobre vegetación y con la temperatura marcando menos de 10° C, sin embargo, cuando te vas adentrando a la ciudad y se va terminando el ambiente fresco y húmedo de tu localidad, el termómetro sube hasta los 16° C, evidenciando un contraste térmico notable en tan solo pocos kilómetros, este fenómeno no es casual; se trata de islas de calor.
Las islas de calor, son zonas dentro de las ciudades donde la temperatura es significativamente más alta que en las áreas rurales cercanas, un ejemplo es Xochimilco en la Ciudad de México.
Esto ocurre por la gran concentración de concreto, asfalto y edificaciones que absorben y retienen el calor durante el día, liberándolo lentamente por la noche; la escasez de vegetación impide la regulación de la temperatura.
Este fenómeno es más notorio durante el verano y puede tener graves consecuencias para la salud y el medio ambiente: incrementa la demanda de energía eléctrica, eleva los costos energéticos, aumenta la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque las islas de calor pueden generar incomodidad en la población por la sensación de calor y el uso de la energía eléctrica en aparatos como el aire acondicionado durante las épocas más calurosas.
“Es importante, señalar que este fenómeno es un producto de la forma en que han crecido las ciudades y no algo propio de las cuestiones meteorológicas”, dijo la doctora Luyando, investigadora del grupo de Cambio Climático y Radiación del Centro de ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
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FFO











