Las ciudades estadounidenses que acogerán la Copa Mundial de la FIFA del próximo año se enfrentaban el miércoles a preguntas sobre cómo tranquilizar a los aficionados internacionales preocupados por la represión de la inmigración y las restricciones a extranjeros del presidente Donald Trump, cuando falta un año para el puntapié inicial.
Estados Unidos, junto con Canadá y México, será coanfitrión de la fase final, que contará con 48 equipos y un récord de 104 partidos en un torneo que el jefe de la FIFA, Gianni Infantino, dijo que marcaría el inicio para una nueva generación de aficionados al fútbol.
Celebridades y estrellas del fútbol tenían previsto desfilar por la alfombra roja del Fox Studio Lot de Los Ángeles -una de las ciudades anfitrionas- para un ceremonia un año antes de la cita deportiva, pero también un día después de que el presidente Trump desplegó infantes de marina y a la Guardia Nacional para sofocar protestas.
El gobernador de California, Gavin Newsom, describió el despliegue como un «paso inequívoco hacia el autoritarismo», mientras que funcionarios de Trump lo defendieron y tacharon las protestas de anárquicas, culpando a los dirigentes demócratas locales y estatales de permitir los disturbios.
Te puede interesar: El Comité Organizador de EU para el Mundial de 2026 reconoce que la política migratoria de Trump podría afectar la asistencia al torneo
A,M










