Tras una pausa de casi tres años, el arribo de sargazo se reactivó sobre la costa de los destinos turísticos de Quintana Roo, que han padecido en los últimos días el fuerte azote de la macroalga que ha sepultado playas, principalmente en Playa del Carmen, el corazón de la Riviera Maya.
Algo similar ocurre en las localidades turísticas de Tulum y Puerto Morelos, donde las labores de limpieza en el litoral se han intensificado. Hasta ahora se ha salvado del recale Cancún, que se ubica más al norte de la entidad, porque el alga llega con las corrientes marinas provenientes del Mar Caribe oriental.
La última vez que las playas lucieron atestadas de sargazo, fue en el verano de 2022, aunque cesó en el otoño de ese año. En 2023 y 2024 fue baja también la cantidad de la macroalga que tocó la costa.
Esta situación ocurre cuando la Riviera Maya ha registrado durante mayo niveles menores al 61% de ocupación hotelera sobre una disponibilidad de alrededor de 58 mil cuartos, una cifra inusual en esta temporada del año.
Aquí en Playa del Carmen, la zona más afectada es el tramo costero del centro de la ciudad, donde a pesar de que la Secretaría de Marina colocó una barrera de polímero de dos mil metros de longitud en el mar, a unos 200 metros de la costa, el esfuerzo ha fracasado porque el sargazo pasa con normalidad y llega al litoral.
El gobierno municipal de Playa del Carmen ha dispuesto cuadrillas de trabajadores con herramienta y maquinaria pesada. Buscan limpiar las dunas costeras del alga, pero esto ha resultado insuficiente y el sargazo acumulado de días atrás ha originado una especie de lodazal que ha cubierto las atractivas playas y transformado el azul turquesa del agua de mar en un oscuro estanque.
Ante esto, turistas que han buscado acceder a la playa optan por retirarse con las narices tapadas por el fuerte olor que emite el sargazo descompuesto que apenas y toleran los trabajadores municipales, mientras clubes de playa, hoteles y restaurantes resienten las pérdidas económicas.
De acuerdo con Esteban Amaro Mauricio, hidrobiólogo fundador de la Red de Monitoreo de Sargazo de Quintana Roo, la reactivación del arribo de la macroalga se debe a un aumento en dos grados de la temperatura del mar.
“La zona del Caribe es muy susceptible a presentar ese tipo de anomalías térmicas, lo cual habla de que el Caribe es una de las zonas más sensibles al cambio climático”, sostuvo.
Un arribo de este calibre —recordó Amaro— no se había presentado desde 2018, cuando se buscó declarar desastre ecológico a este fenómeno.
En años anteriores, la sociedad civil se unió a realizar limpiezas masivas; sin embargo, paulatinamente ese tipo de actos han decaído su interés por que muchas veces los beneficiados son los grandes hoteles, cuyos gerentes también se han encargado de correr a los bañistas locales de las zonas concesionadas de playa, según se ha podido verificar en la cobertura en esta zona del país.
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AM
