El Secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, encendió las alarmas al revelar una cifra escalofriante: el 38 por ciento de los niños evaluados en escuelas ya tienen diabetes. ¡Sí, lo leyó bien! Nuestros pequeños, que deberían estar corriendo, jugando y soñando, están enfermos… y muchos padres siguen sin reaccionar.
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¿Hasta cuándo vamos a ignorar esta emergencia? ¿Cuántas vidas más necesitan ser arrasadas por el exceso de azúcar, los refrescos, la comida chatarra y el desinterés? Es inaceptable que en pleno 2025 sigamos normalizando hábitos que destruyen la salud de nuestros seres más amados.
Esto no es solo un dato médico. Es un grito desesperado para que las familias despierten, para que asumamos nuestra responsabilidad como madres, padres y sociedad. ¡El azúcar está matando a nuestros seres queridos y muchos no lo quieren ver!
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La diabetes no debería ser parte de nuestra cotidianidad. Urge cambiar desde casa, revisar qué comen nuestros niños, exigir políticas públicas más firmes y decirle NO a la industria que lucra con la enfermedad.
¡Aún estamos a tiempo, pero no por mucho más!
Por: Graciela Bravata (WCLS)
