En el marco del Día Internacional de la Visibilidad Trans, conmemorado cada 31 de marzo—, este jueves se llevó a cabo en la Secretaría de Economía el evento “Buenas Prácticas Incluyentes para Empresas. Un Enfoque Comparativo Internacional”, una jornada que reunió a representantes del sector público, privado y sociedad civil con un objetivo común: construir puentes hacia una economía formal verdaderamente incluyente.
La iniciativa, organizada por Salma Luévano, Titular del Sector de Economía de Inclusión y activista incansable por los derechos de las personas trans, representa un parteaguas en la discusión sobre justicia económica. El evento subrayó la necesidad urgente de derribar las barreras estructurales que históricamente han marginado a las personas LGBTTTIQA+ del acceso al empleo digno, formal y con derechos.
Con la participación de especialistas nacionales e internacionales, se compartieron experiencias exitosas de empresas que han implementado políticas efectivas de inclusión laboral. Se puso sobre la mesa un tema toral: la urgencia de que las buenas prácticas empresariales dejen de ser excepciones para convertirse en la norma.
En palabras de Luévano, “es momento de hablar de derechos, no de concesiones. No se trata de dar trabajo por caridad, sino de abrir espacios porque la diversidad enriquece y transforma positivamente a los entornos laborales”.
El llamado fue claro: urge pasar de los discursos a las acciones. Instrumentar estrategias puntuales que no solo visibilicen, sino que integren efectivamente a las personas trans y a toda la comunidad diversa en los sectores productivos del país.
En un mundo donde la diversidad es una fortaleza y no una amenaza, es deber de todas y todos asegurar que nadie quede fuera. Hoy, desde la Secretaría de Economía, se reafirmó un compromiso que va más allá del simbolismo: construir una nación donde cabemos todes.
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