Cada 21 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la riqueza lingüística que existe en nuestros pueblos, pero también sobre la amenaza constante que enfrentan nuestras lenguas originarias. Para quienes hablamos chol, este día no es solo una celebración, sino también un llamado urgente a la resistencia y la acción.
Las lenguas no solo comunican palabras, sino que son el reflejo de nuestra historia, de nuestra cosmovisión y de nuestro sentido de pertenencia. Sin embargo, en México las lenguas indígenas están muriendo. Cada lengua que desaparece no solo apaga una voz, sino que borra conocimiento, de relatos ancestrales, de formas únicas de ver y entender la vida.
Los derechos lingüísticos no deben ser solo un discurso en documentos oficiales; deben convertirse en acciones concretas. Existen políticas públicas en materia de preservación de las lenguas indígenas, pero si no se fortalecen con trabajo real y compromiso por parte de quienes tienen la responsabilidad de hacerlas efectivas, seguirán siendo solo buenas intenciones en el papel. Se necesita una mayor promoción, difusión y preservación de nuestras lenguas para que no queden relegadas al olvido.
Pero más allá de las políticas públicas, la verdadera resistencia está en nosotros, los hablantes. Desde nuestras familias, desde nuestras comunidades, desde nuestras escuelas y desde cada espacio donde podamos expresarnos en nuestra lengua materna, debemos seguir promoviendo con orgullo nuestra identidad como pueblo chol. Nuestra lengua no es solo un medio de comunicación, es un símbolo de lucha, de dignidad y de resistencia generacional.
Hoy más que nunca, reafirmamos nuestro compromiso de seguir hablando, enseñando y defendiendo nuestra lengua. Porque cada palabra en chol que pronunciamos es un acto de resistencia, y cada generación que la hereda es una victoria frente al olvido.
¡Por nuestra lengua, por nuestra identidad, por nuestra historia!
Efraín Torres López #HermanoChol (AM)
