En Argentina, la tierra del asado y los churrascos, el pollo se ha convertido en el alimento más consumido, superando por primera vez a la tradicional carne de res. Según datos oficiales, en 2024 los argentinos consumieron 49.3 kilogramos de pollo per cápita, mientras que el consumo de carne vacuna cayó a 48.5 kilos, una cifra histórica en un país donde el asado es casi un ritual cultural.
El cambio refleja el impacto de la inflación y las políticas económicas de ajuste del presidente Javier Milei, que han estabilizado algunos indicadores económicos, pero también han llevado a gran parte de la población a ajustar sus hábitos alimenticios debido al aumento de precios. El pollo, más accesible que la carne de res, ha ganado protagonismo en las mesas argentinas como una alternativa económica.
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Miguel Schiariti, director de la Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA), explicó que la crianza de ganado resulta más costosa que la de pollo o cerdo, lo que encarece el precio de la carne vacuna. Actualmente, el costo de un kilo de carne vacuna equivale al de tres kilos de pollo, lo que ha llevado a muchas familias a priorizar esta última opción en sus compras.
Los argentinos, conocidos por su pasión por el asado, están viendo cómo el emblemático consumo de carne vacuna se transforma en un lujo. A pesar de la caída en su popularidad, expertos prevén que, con la recuperación económica, podría aumentar nuevamente la producción y el consumo de carne en los próximos años. Sin embargo, por ahora, el pollo reina en las cocinas argentinas, reflejando los nuevos hábitos alimenticios de una nación en ajuste.
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KCQ











