El colesterol alto no siempre da señales visibles, pero es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en México. Por eso, cada vez más personas buscan opciones complementarias para controlarlo, y entre las más efectivas —y sabrosas— están las infusiones para bajar el colesterol. Estas preparaciones milenarias a base de plantas no solo reconfortan, también tienen respaldo científico y caben en cualquier rutina diaria.
Desde el té verde hasta el diente de león, las infusiones naturales ofrecen compuestos bioactivos que ayudan a reducir el colesterol LDL (el llamado «malo»), mientras protegen el sistema cardiovascular y favorecen la digestión de las grasas. A continuación, te presentamos las mejores opciones y cómo reducir el colesterol naturalmente desde tu cocina.
5 infusiones que sí ayudan a bajar el colesterol
1. Té verde: antioxidante y efectivo
El té verde contiene catequinas, antioxidantes que reducen la absorción de colesterol en el intestino. Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, consumir de 2 a 3 tazas al día puede disminuir significativamente los niveles de colesterol LDL sin afectar el colesterol HDL.
Tip: Usa agua a 80°C y deja infusionar solo 2 minutos. Agregar unas gotas de limón potencia su efecto antioxidante.
2. Infusión de alcachofa: depurativa y poderosa
La alcachofa (Cynara scolymus) es un potente aliado hepático. Sus hojas concentran cinarina, una sustancia que estimula la producción de bilis, facilita la digestión de las grasas y promueve la eliminación del colesterol a través del hígado y los intestinos. También tiene efectos diuréticos y antioxidantes.
Un estudio publicado en Phytomedicine concluyó que el extracto de alcachofa reduce el colesterol total y el LDL en pacientes con hipercolesterolemia leve a moderada.
Tip: Hierve una cucharada de hojas secas en 250 ml de agua durante 10 minutos. Cuela y bebe una taza después de las comidas principales. Puede tomarse durante ciclos de 3 semanas, con una de descanso.
Precaución: no se recomienda en personas con obstrucción biliar o cálculos.
3. Té de ajo: sencillo pero contundente
El ajo (Allium sativum) ha sido utilizado durante siglos como un tónico natural para la salud cardiovascular. Su compuesto activo, la alicina, ayuda a inhibir la síntesis del colesterol en el hígado, reduce la presión arterial y tiene propiedades anticoagulantes suaves. Varios estudios han comprobado que su consumo regular puede reducir el colesterol total entre un 5% y un 15%.
Tip: Machaca un diente de ajo y hiérvelo en una taza de agua durante 5 minutos. Puedes suavizar su sabor con un poco de jengibre o cúrcuma. Si lo toleras, también puedes incluirlo crudo en tus alimentos.
4. Cúrcuma con jengibre: antiinflamatorio natural
La cúrcuma (Curcuma longa) contiene curcumina, un pigmento con poder antiinflamatorio, antioxidante y protector hepático. Ha demostrado reducir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, especialmente en personas con hígado graso o síndrome metabólico. El jengibre, por su parte, favorece la circulación y la digestión, además de tener un efecto hipocolesterolémico leve. Juntas, forman una infusión poderosa que también fortalece el sistema inmunológico.
Tip: Ralla un trozo pequeño de cúrcuma fresca y jengibre. Hiérvelos 10 minutos y sirve con una pizca de pimienta negra para mejorar su absorción.
5. Diente de león: limpia el hígado y mejora el metabolismo
El diente de león (Taraxacum officinale) es un excelente tónico hepático y renal. Estimula la función del hígado y la eliminación de toxinas a través de la orina. Sus compuestos amargos, como la taraxacina, ayudan a metabolizar mejor las grasas y a equilibrar los niveles de colesterol en sangre. Además, es rico en antioxidantes como el ácido clorogénico y flavonoides, lo que lo convierte en un aliado natural para el corazón.
Tip: Usa 1 cucharada de hojas secas por taza de agua. Tómala antes de dormir o en ayunas, durante ciclos de 2 a 3 semanas. Si estás tomando diuréticos o medicamentos para el riñón, consulta a tu médico antes de consumirlo.
Recomendaciones clave para preparar infusiones
- Usa agua purificada y evita hervir demasiado tiempo las hierbas delicadas.
- No endulces con azúcar refinada; prefiere miel de abeja, piloncillo o canela en rama si buscas sabor.
- Consume las infusiones entre comidas, nunca como sustituto de medicamentos, pero sí como un complemento útil.
- Sé constante: los efectos se notan tras 3 o 4 semanas de consumo regular.
- Consulta a un profesional de la salud si tomas medicamentos o padeces alguna condición crónica.
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