La Organización de las Naciones Unidas (ONU) encendió las alertas tras reportar un preocupante aumento en el número de niños que no recibieron ni una sola vacuna durante el 2024. De acuerdo con sus estimaciones, 14 millones de menores quedaron completamente fuera de los programas de inmunización, una cifra que refleja su alta vulnerabilidad sanitaria y que representa un retroceso significativo en los esfuerzos globales por erradicar enfermedades prevenibles.
Las vacunas, según datos del organismo, salvan entre 3.5 y 5 millones de vidas al año, especialmente al proteger contra enfermedades como la difteria, el tétanos o la tos ferina. Aunque el 89% de los niños menores de un año recibió estas dosis clave, el 11% restante sigue desprotegido, lo cual preocupa a las autoridades sanitarias internacionales, ya que se trata de padecimientos potencialmente letales.
A esta crisis se suma la salida oficial de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), impulsada por el presidente Donald Trump, quien también ordenó el congelamiento de la ayuda humanitaria y el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Estas decisiones han complicado aún más el panorama global de vacunación, ya que EUA era uno de los principales financiadores de programas como el de la alianza global Gavi.
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., confirmó que se retiraron millones de dólares que iban a ser destinados a apoyar campañas de vacunación en países de bajos ingresos, lo que limita seriamente la posibilidad de ampliar la cobertura. Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que los recortes presupuestales y la desinformación sobre las vacunas podrían deshacer décadas de avances en salud pública a nivel mundial.
La ONU también subrayó la desigualdad en el acceso a vacunas, ya que el 52% de los niños no vacunados se concentran en apenas nueve países, muchos de ellos afectados por conflictos, pobreza o falta de infraestructura médica: Nigeria, India, Sudán, República Democrática del Congo, Etiopía, Indonesia, Yemen, Afganistán y Angola.
La situación exige acciones urgentes y coordinadas para garantizar que todos los niños del mundo tengan acceso a la vacunación, sin importar su país de origen o condición social. La salud infantil no puede seguir dependiendo del contexto geopolítico.
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